El Buen Freud

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Hace un par de días me detuve en Biography Channel porque estaba comenzando la biografía de Sigmund Freud. Me pareció un buen momento para dejar de leer y hacerme algo de canchita.

Ya anticipaba yo mientras me acomodaba en el mueble que sería una hora de televisión difícil, que me iban a tratar de tumbar los ideales con el cuentazo del "Libro Negro del Psicoanálisis" y que por otro lado se podría ser muy complaciente con él en otros aspectos. En fin nada que no se pudiera ajustar.

Creo que los datos biográficos y la investigación periodística estuvieron bien, pero tan periodística fue la primera parte que todo transcurría sin sobresaltos, era un poco sosón el programa. Hasta que (como siempre ocurre) apareció una mujer, y allí empezaron las interpretaciones y ciertas acusaciones que me parece interesante revisar.

Hay algo que podemos decir de Freud y de su descubrimiento, que no se le puede mezquinar en la historia, y es hacer de la palabra un arte de curar. La "talking cure" inaugurada con Anna O. fue eso, un descubrimiento y como toda la historia del psicoanálisis, es el paciente quien descubre. Allí está su potencia también: en su ética.

Es previsible que haya gente que diga más de lo que está en capacidad de decir en cualquier lugar, y más aún tratándose de un una personalidad que despierta tanta polémica, pero desde que tengo este pequeño rincón virtual, tengo este impulso incontenible de señalar a cualquiera y reservarme el derecho hablar de todo lo que me parece o no, y por ello aquí van algunos puntos que me gustaría aclarar acerca de éste episodio.

  • Para tratar de acercarse a la idea de la sexualidad como "núcleo neurótico", hay que centrar, en principio la dinámica de la época y lo que se producía en los sujetos: el disfrute sexual era reprimido socialmente, era lo normalmente insportable en las histéricas de los primeros casos psicoanalíticos. Tratar de ridiculizar que lo sexual haya estado detrás de los casos de histeria consignados por Freud argumentando que hay fuerzas más importantes en la vida de un ser humano no invalida la investigación del psicoanálisis, es más bien tonto, pues se desconoce el descubrimiento de que detrás del síntoma hay un nudo, algo a tratar, pero eso, en esta sociedad de las soluciones rápidas es un pensamiento poco popular. En resumen, para pensar en el psicoanálisis, hay que pensar en la época y en sus síntomas, y eso, es un proceso interminable.
  • La teoría de la libido no sólo tiene que ver con una perspectiva "coital", sino con la energía vital que se pone en juego en tal o cual cosa. Pensemos en un caudal, un cauce de rio irrigado por la libido, donde el lecho es la relación con algun objeto o actividad más o menos fija.
  • Hay una conocida frase freudiana en la que contraindica el tratamiento "a mayores de 50 años y a mujeres de 30 años a más", esto despertó un par de comentarios socarrones, donde se insinuaba que Freud despreciaba secretamente a las mujeres. Esto pasa cuando se quiere mirar con una lente actual palabras dichas hace cerca a 100 años. Lo que no se dice es que la frase continúa diciendo la razon: "porque sus tendencias libidinales ya están irremediablemente fijas". Esto quiere decir que las personas en aquella época se asían mucho más firmemente a sus objetos de satisfacción, configurando una pulsión difícilmente abordable. Ahora la cosa es un poco diferente: el flujo de información y los estilos de vida modernos repletos de objetos de la tecnología hacen volátil lo que antes era fijo en la libido. Esta recomendación es comparable a decir en la actualidad "que los ancianos de más de 70 a 80 años difícilmente cambiarán".
  • Pero lo que realmente escandalizó a esta activista feminista fue la diferencia que hacía el pene en el pensamiento freudiano. En un arranque de democracia anatómica bramó una protesta por lo que ella juzgaba era una injusticia pensar que "las mujeres realmente envidian ese maravilloso órgano" (sic). Creo que si Freud viviera la pondría como prueba de que hay penisneid. Freud se refiere a una salida compleja del Edipo, que tiene como fin la diferencia de no separar el goce del amor, como si se separa con el órgano masculino, de allí que Freud marca que "las mujeres tienen alguna mayor dificultad en la sublimación", pues ellas ordenaron su pulsión de otra manera, donde ellas se ocupan más de lo particular, de la estética, lo emocional y los goces adyacentes; los hombres van por el lado de la civilización, afirmando el falo a cada paso. Pareciera así que el pene es más bien un limitante, un concentrador de goce.
Fuera de lo que se pueda señalar, como la superpoblación de objetos egipcios o eróticos en su consultorio, su supuesta poca actividad sexual o su posición de padre y sus demandas de total lealtad, hay un personaje crucial en la historia del siglo XX y de la cultura actual, cuya resonancia no puede ser escondida: el padre del psicoanálisis, el buen Freud.

3 comentarios:

viajera dijo...

¿Sabría Freud que iba a causar tan grandes cambios en la historia?

Lo de "talking cure" parece algo tan obvio ahora y sin embargo, no lo era. Cualquier forma de comunicación creo que ayuda a curar, ¿no?

"The blogging cure" (un ahorro total en psicoanálisis, con el perdón de los psicoanalistas y los psicoanalisados).

Eduardo Álvarez dijo...

Freud siempre aspiró a que su obra perdure, por eso siempre trató de preservarla de "desviaciones".

Lo del "blogging cure" me parece interesante pensarlo porque tiene sus efectos, yo tambien, analizado y todo los puedo comprobar. Podría preguntar: "qué diferencias hay entre lo que uno puede decir en un blog y en un análisis?" y "a quién se dirige uno en cada caso?".

viajera dijo...

Ya ves doc, te he propuesto un buen tema de estudio. A mí me parece súper interesante. Y como el tema es relativamente nuevo (una década a lo sumo) creo que es socialmente interesante.

Un abrazo.

PD: Bien alta tenía su autoestima Freud... Yo escribí una vez un post que hablaba de eso, no de Freud, sino de la perdurabilidad... Si lo encuentro te paso el link.