El Guardián de Troya y el Discurso del Amo Antiguo

Hace algunos días pensaba cómo podía explicarle a un amigo algunas nociones acerca del discurso del amo y para tocar el capitalismo luego. Tengo que aceptar que no sabía muy bien por dónde empezar, así que decidí que lo mejor era esperar a ver qué se decantaba cuando las aguas de mi pensamiento se hayan calmado. No me equivoqué, pues la contingencia -nuevamente- vino en mi rescate y trajo a mí un buen ejemplo de Amo Antiguo: El Guardián de Troya. Llegó a mí resonando algunos versos de una canción.

"Destino cruel, que me obliga a defender
los frutos de una traición, de un desatino.
Una mujer todo un reino condenó...
no entiendo la situación... ni la he elegido.

Soy el guardián, la llave de mi ciudad,
el que dentro quiera entrar peleará conmigo.

No hay una razón solo tengo una misión
combatir hasta el final al enemigo"

Me remonto a pensar en el orden cultural griego, donde la introducción al orden y la participación social daban al sujeto su estatuto. Uno era lo que hacía en la polis.

Por otro lado se ve lo inevitable del conflicto entre los dioses y los hombres, por ejemplo en la guerra de Troya, donde aparentemente una acción de orden humano desata el enfrentamiento entre los bandos, cada uno con alianzas divinas que garantizan, al menos por un cierto tiempo, un equilibrio, que demanda ciertamente un compromiso total de los hombres. Casi una excusa de los dioses para medir fuerzas, un ajedrez del Ápeiron*.

Primaba pues, el orden divino sobre el humano. La aparente humanidad del rapto amoroso de Paris, se desvanece en tanto que su causa es el juicio por el que Afrodita lo premió, por distinguirla como la más bella, enamorándolo de Helena. Un capricho, no de hombre, digamos un Otro capricho.

Tenemos, ahora los lugares en el discurso como Lacan los sitúa, y trataremos de explicar cómo deja esto a nuestro soldado.

S1 -> S2
--- ----
$ // a


Y donde Lacan sitúa:

agente ... otro
-------- ----------
verdad .. producción

El esclavo trabaja para el amo, y el discurso de este amo ocupa el lugar de la ley (S1 ------> S2). El soldado entra al orden, se hace representar por el S1 aceptando que el Otro mande, la ley de los dioses aliados resuena en el mandato que debe ser cumplido para garantizar el equilibrio. El $ se encuentra entonces en una posición pasiva.

Cuando hablamos que guerrear, que puede cofundirse con actividad, hablamos de el uso que se hace de la técnica y el trabajo para cumplir con el mandato ciego del amo. El amo, efectivamente no necesita saber nada más que su propia ley; el saber lo tiene el esclavo producto de su trabajo, que al final lo hará, en Hegel, invertir la fórmula y triunfar. Su eje es S2 , el saber hacer sobre la técnica, la techné, y produciendo algo, un a que escapa a ese saber.

Lo que produce la guerra es el capricho de las diosas, creando toda clase de consecuencias, el S1 está por eso en la posicion de agente, las luchas divinas internas quedan veladas para los hombres, y es que al amo le interesa mantener el dominio para siempre. El Status quo, solo se sostiene privando del saber a sí mismo y al esclavo, mandando. Elude su división subjetiva.

Y es que no se sabe, hay una pregunta en ese a por la causa del deseo del amo, algo que se produjo que no encaja con el saber de la techné, y que en el discurso queda bloqueado al acceso ($ // a), no hay articulación entre el lugar de la verdad y la producción (puesta como la causa de deseo del amo, y tambien como goce, en su sentido prohibido por definición), se goza, pero no se sabe.

J.A. Miller luego nombraría los lugares como de Ignorancia y Trabajo, los superiores y Pereza y Producto los inferiores. Esto da más claridad al postulado, que intenta dar cuenta de la sumisión de nuestro soldado a esa ley que según Anaximandro "todo lo gobierna", ese Otro indiviso y consistente del equilibrio caprichoso.

Ignorancia ... trabajo
------------ ----------
pereza ...... producto


Para terminar creo que es necesario adjuntar la segunda parte de la letra, por ser ilustrativa de eso que se encuentra como "a", ad portas de lo real de su propia desaparición, real que rasga el discurso, que deja ver lo último de la verdad de ese Otro, que se revela como el destino de forma pura, arbitraria, y, ahora si asumida, por nuestro guardián caído. Ahora, exhausto, sabe.

Mucho dura ya, la batalla, la agresión.
Nunca he visto un corazón tan vengativo.
No me toca a mi el buscar una solución,
sólo sirvo a una razón... lucho por los míos.

Puede que hoy llegue el final...
Puede que el día yo no vea acabar...
mas si ese es mi destino,
no le haré esperar.

Y así acabó, triste final.
Caigo en la tierra, con una herida mortal,
mas si ese es mi destino,
no le haré esperar.

Siento llegar la oscuridad...
Muero tranquilo,he luchado hasta el final.
Por mi hogar doy la vida,
no puedo... dar más.

Tomando una frase de Feuerbach "El ser absoluto, el Dios del hombre, es su propia esencia", en relación a este amo en toda su potencia y su vínculo íntimo a la vez con la naturaleza del hombre, hace recordar mucho a Lacan en el Seminario 17, donde se refiere al inconsciente: "Este discurso del inconsciente corresponde a algo que depende de la propia institución del discurso del amo. A esto se llama inconsciente". Esta identidad habla de la marca de los significantes amo, por los que el sujeto se hace representar y su consentimiento fundamental al ser introducido al lenguaje. El discurso del inconsciente es el discurso del amo. Creo que ya eso es motivo de otro post, después del amo moderno y del capitalismo.



Ápeiron.- el principio de todo: algo indefinido, que era la ley universal. Para Anaximandro, fuerza que restablece el equilibrio cuando alguna fuerza se impone sobre su opuesto. Ley universalizable, engrendradora de todas las cosas.

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